Pasodoble Vamos Tirando
Bueno, pues aquí está el mejor pasodoble que ha cantado este año una chirigota. Ya lo he dicho. El pasodoble clásico más bonito que he escuchado en muchos años. Los resortes está claro que son los del pasodoble clásico pero hecho y cantado por chavales jóvenes, la nueva generación que derrocha fuerza y corazón como las chirigotas más punteras del Petra o de Manolín. Hacen suyos los compases y los cortes clásicos pero le aportan la frescura que esta composición llevaba años pidiendo. Pero además de bonito, es un pasodoble didáctico. Sirve para aprender la base de cualquiera de las facetas de salir en una chirigota. Desde cómo se toca el pito, cómo se acompaña un pasodoble con los nudillos, cómo se baila un piano, a cómo componer un pasodoble que luzca el tenor, cómo se mueve un chirigotero o cómo hay que morir en la última subida. El que quiera aprender a cantar un pasodoble en segunda, tiene que empezar por éste, es de los pocos donde la segunda se escucha TODO el tiempo. El que nunca ha tocado una guitarra puede aprenderse este pasodoble en dos tardes. Para quien quiera aprender a tocar el bombo, esto es una Master Class. En este pasodoble la guitarra sólo acompaña, además de ser la última que entra. El verdadero protagonista es el bombo, que sólo marca los golpes imprescindibles, ninguno es de adorno. Eso es como escuchar latir un corazón gigante, tan grande como el Falla, a compás de 4/4. Pero la verdadera genialidad de un pasodoble de Carnaval, lo que es realmente genuino de aquí, de Cádi, es que sea capaz de tirarte un pellizco cuando lo escuchas. Con que tenga un pellizco en todo el pasodoble, lo damos por bueno. La típica parada que se hace después del trío antes de encarar el final, que aprovecha alguien para gritar Cai!. Pues éste te da el primero desde que da tono el Molina y todavía te quedan 7 más: 1) cuando empiezan a cantar acompañando con los nudillos, 2) cuando entra el bombo, 3) el piano de justo antes de entrar la guitarra, 4) el trío, 5) el piano de después del trio, 6) y 7) los dos Ay! antes de acabar. Se las han apañado para componer un pasodoble con muy pocos elementos, sacarle el máximo partido a cada uno y además rematarlos todos con un pellizco. Eso es la sencillez y así deberían ser todos los pasodobles.